Actualmente son muchos los productos tecnológicos que cuentan con propiedades capaces de beneficiar al medio ambiente, tanto en su preservación como en el fortalecimiento a nivel cultural. El transformador encapsulado en resina es uno de ellos, destacando por varios motivos que lo convierten en una opción amigable con el ecosistema. ¿Qué clase de ventajas le brinda a las empresas? ITESA responderá esa duda en el siguiente artículo, así que no dudes en quedarte que empezamos ahora.
¿Qué es la resina?
La resina es un tipo de material orgánico que es utilizado comúnmente en encapsulados. Tienen una resistencia alargada a los cambios de temperatura, pueden ser modificados en calor y luego volver a su estado original al momento de enfriarse. Una de sus principales ventajas es que por ser muy moldeables, son usadas en objetos de diferentes materiales. Poniendo como ejemplo, pueden ser usadas en resinas para proteger a los objetos frágiles, o para dar una apariencia y acabado más uniforme.
Ventajas del transformador encapsulado en resina
Dicho de otro modo, el transformador encapsulado en resina puede ser una solución alternativa para la repartición de energía de media tensión. Pueden tener varias ventajas a comparación de los transformadores tradicionales que utilizan el aceite, algunas de ellas pueden ser fundamentales en la decisión de adquisición de los aparatos. Pero eso no es todo. A continuación, profundizaremos más en algunas de ellas:
Minimiza el riesgo de incendio
Este es un punto importante, pues los elementos usados para la elaboración del encapsulado en resina tienen mínimo índice de autoinflamación y tienen programadas propiedades para erradicar el peligro ellos mismos. En su instalación no es necesario el uso de sistemas contra incendios. El riesgo de producir daños es casi nulo, pues su potencial calorífico está muy reducido. Pueden ser instalados en hospitales, aeropuertos, minas, zonas petroleras, barcos, etc.
No es necesario usar sistema de refrigeración
En los encapsulados en resina, es necesario poder certificar una buena calidad de circulación de aire de refrigeración, para poder quitar el calor de las bobinas y del núcleo que lo componen. Estos transformadores, no llevan líquido refrigerante, y no presentan peligro de contaminación, puesto que ayudan a eliminar los incendios en comparación a los transformadores convencionales que llevan este acuoso aislante.
Reciclaje de los materiales
Tienen gran conciencia ambiental pues son los que más respetan el medio ambiente durante su construcción. Al momento de terminar su vida de producción pueden usarse partes de ellas para la elaboración de uno nuevo. Esto genera un método de reciclaje y llegando a ese momento las bobinas primarias y secundarias son material para ello, pues la resina se considera un material inerte.
Menos contaminación
Uno más de sus beneficios implica el cuidado del medio ambiente, pues al disminuir el consumo implica minimizar las emisiones de CO2, y los transformadores limitan su impacto perjudicial. Esta es una ventaja, muy valiosa pues también contribuye económicamente en lugares o países donde se han realizado o propuestos leyes sobre la emisión de dióxido de carbono regulando su cantidad emitida. Si se realiza un cálculo estimado se estarían reduciendo 112 toneladas de CO2 en 20 años
Fácil instalación
Pueden ser instalados dentro de lugares públicos como edificios o zonas más concurridas, lo cual permite limitar el espacio ocupado y los costos de instalación. Todo esto, gracias a aminorar las obras caras (fosos de recogida o rejillas de extinción), y permitiendo medir el espacio ocupado y los costos de instalación. Asimismo, el transformador que se coloca dentro del edificio, puede estar mucho más cerca de las cargas, y permitirá eliminar pérdidas en el suministro de energía.
Mayor capacidad de sobrecarga
Como los encapsulados en resina tiene una refrigeración a base de aire, demoran más en llegar a su temperatura ideal para su funcionamiento, y logra aguantar una sobrecarga mucho mayor que los transformadores convencionales que se encuentran sumergidos en líquido aislante, lo que le permite alimentar cargas de corriente frecuentes. La temperatura añadida puede ser elevada temporalmente aplicando sistemas de ventilación, pues estos harán que las bobinas logren calentarse manteniéndose por encima del nivel permitido.
Bajo mantenimiento
Tienen un coste de mantenimiento muy bajo, es que es válido una revisión periódicamente para evitar el exceso de acumulación de polvo u otras suciedades. Esta es una gran diferencia con los transformadores bañados en aceite, pues requieren revisiones constantes para controlar los niveles de líquido aislante y estar seguros que no se hayan cambiado las propiedades dialécticas.
Resistencia a las sobrecargas cortas
La densidad de corriente de los transformadores fundidos con resina es mucho menor que la de los aceites. Las altas torres de carga de corta duración, por ejemplo, las plantas energéticas eólicas, pueden superarse sin realizar o planificar el sobredimensionamiento.
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